Capítulo 61 de una falsa historia con demasiadas correcciones
(O de donde se obtiene un modelo para una breve disertación sobre los usos no tradicionales de la esencia de tulipanes y se devela cómo érase una vez una historia que no fue contada, o vete tú a saber...)
L: qué distinto va a ser todo contigo de aquí en más, eh?
M: por?
L: bueno, es que nunca me siento cómoda para charlar contigo en cibers
L: porque entro, y busco hacer todo lo que tengo que hacer rápido, porque además son estúpidamente caros e incómodos
L: y nunca encuentro las cosas que necesito
L: (como que tienen todo configurado de otra manera, o quiero buscar una foto y no encuentro un puto programa para achicarla, y cosas así)
M: (yo soy un poco ratón de biblioteca para eso)
L: un poco ratón de biblioteca ya sé que eres
L: pero por qué para eso, eh?
M: y casi que disfruto buscando cosas
M: por el camino voy descubriendo otras
L: bueno, pero es que es lo que te digo
L: si entro con poco tiempo, y además pensando que tengo que hacer todo rápido, no lo disfruto ni pizca
L: no es como saber que me siento un rato a la tarde, sin prisas, a hablar contigo
L: por más que pasemos, en los hechos, el mismo tiempo juntos de un modo u otro
M: esto... quien es RWF?
L: ah, pues no que te gusta buscar cosas?
L: ahí tienes algo que buscar...
L: :P
L: jijiji
M: :/
L: si es que me lo dejas a huevo!!!
L: bueno, vale
L: es fassbinder
L: es que sigo con mis cuestiones cinéfilas
L: lo mismo dentro de dos meses me da por otra cosa, ya ves cómo soy
L: igual es que no sé por qué sigues leyendo ese lugar
M: yo me tengo que enterar de los talleres y cursos que harán durante el festival de cine
L: en verdad, no sé cómo es que todavía hay gente que lo lee, honestamente
L: cuando ni yo paso por allí más que como una sombra extraña
L: de todos modos, es un reflejo de cosas que voy pensando, de un modo tan extraño, que es bien digno de análisis
L: sabes qué?
M: qué
L: ayer, acomodando cosas, en el momento más triste del día, encontré un cuaderno de hace casi diez años
L: y me sorprendió mucho que tuviera escritos unos poemas
L: cosas que escribía en mitad de mi clase de lógica, y así
L: ya no recuerdo nada de lo que he aprendido en ninguna de las clases que tomé
L: y menos aún recuerdo las cosas que escribí
L: soy una perfecta desconocida para mí misma
M: lógica de primer orden... :S
L: sin embargo, ahí están
L: papelitos perdidos, mira, que me contienen mejor que yo misma
L: me pregunto si con este blog pasará algo así
L:y si alguien, en cualquier caso, lo sabrá leer así
L: creo que seguirlo es un error, porque ya ha terminado por sí mismo
M: curioso...
L: y ahora debería abrir otra cosa
M: (no, no me tires de la lengua que no te voy a decir nain!)
L: pero es que no me da el tiempo, y en cualquier caso, sigue reflejando un nombre, que es lo único que perdura de mí a través del tiempo
L: claro, también está el hecho de que contuvo, alguna vez al menos, una historia de amor
L: tal vez nunca me resignaré del todo a desprenderme de algo que me hizo feliz
L: incluso cuando ese algo ya se desprendió de mí
L: (quién sabe)
L: en cualquier caso, ahí está
L: un sitio donde son más importantes las palabras que quién las dice
L: más o menos como mis cuadernos
L: y sin embargo, esa cosa de ver que siguen allí las mismas cuestiones, latentes siempre
M: (a todo esto, has hecho que tenga reservado en la biblioteca un libro de la tal Alejandra Pizarnik)
L: me gustó encontrar un poema que hablaba del tiempo, con todo y que en ese entoncess usaba muchas horribles metáforas astronómicas
L: (más que ahora, digo, ja!)
L: oche, eso no es algo por lo que debas culparme, eh?
L: (ya verás que no)
M: (ja vorem)
L: bueno, en cualquier caso, eres el lector que ese sitio buscaba
L: debería sentirme feliz
L: sabes qué?
M: pues no, no sé...
L: de todos esos poemas horribles que hallé (igual eran muy pocos, pero me ha sorprendido porque ni yo misma recordaba que escribiera tanto en ese tiempo), el que menos me avergüenza es uno que habla de una espera
L: y termina diciendo algo así como que seguiré buscando, aunque más no sea en el roce de la punta de los dedos vacíos
L: rojos de tanto corazón
L: ja
L: (lo he citado mal, pero nimporta porque me doy el lujo de plagiarme todo lo que tenga ganas, uo*!)
L: (incluso mal!)
M: (ventaja que tienes de citarte a ti misma!)
L: y el punto es que igual debería usar las imágenes que me gusten, en algo que me guste más
L: (shí!)
L: ey, sabes qué me han dado ganas de hacer?
M: mmm
L: poner esta conversación allí
L: igual es que es un monólogo casi
M: :P
L: has visto que todos los bloggers hacen eso siempre?
L: es una estupidez, pero esto no sé por qué, me gustaría que estuviera allí
L: sólo si me dejas, claro
M: no, no lo he visto, mira...
M: claro que te dejo
L: bueno, no sé si todos, pero los poco originales como yo
L: ja
M: me tengo que poner antifaz?
N. del E.: acabo de sacar ese mismo cuaderno de una pila. Tiene copiado, con mi letra redonda de hace muchos años, entre apuntes que traen expresiones incomprensibles -antimateria, falacia de afirmación del consecuente, hoyos de gusano- en la contratapa, este poema. Qué extraño leerlo y recordar que alguna vez viajó en un sobre, caligrafiado en tinta rosa oscuro, rumbo a destino desconocido.
(Qué extraño el tiempo, tan lejanamente entonces parecido, por este instante, a este impreciso ahora.)
Ya que has llegado hasta aquí, guárdatelo: también estas palabras, igual de anónimas, se han detenido en este sitio para esperarte a ti.
Hoy
después de ver a una mujer
dejar caer a su hijo a través de una ranura
y disparar con su miedo a la oficina
Hoy justamente
que un militar le prendió fuego a una biblioteca
y un funcionario se masturbaba al pie de una secretaria
Hoy
precisamente hoy
que el juez de turno hizo pis arriba de los libros
y un colectivo mató una mariposa
Hoy que una muchacha me vendía su sexo por un café con leche
y yo le hablaba de poesía
Hoy
exactamente hoy
tuve que tirar el corazón por la ventana.
/Roberto Santoro.
Epílogo:
Efectivamente, lo que buscas existe allí donde no lo ves.